viernes, 1 de julio de 2011

Mensaje del Presidente Chávez a la Nación Venezolana desde la Habana Cuba


Mensaje al pueblo venezolano:

“Yo espero mucho del tiempo. Su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser superiores a los pretéritos“. Simón Bolívar.

El tiempo y sus ritmos, el tiempo y sus mandatos, el tiempo y sus designios, como está señalado en el Eclesiastés, me llevan hoy a leer este comunicado a la nación venezolana y a la opinión pública internacional, muy pendientes como sé han estado de la evolución de mi salud, desde que hace varias semanas comenzó a dar muestras evidentes de deterioro.

Después de la excelente gira que hicimos por Brasil y Ecuador entre los días 5 y 7 de junio próximo pasados, llegamos a la Cuba solidaria de siempre para concluir la jornada con la revisión y firma de nuevos acuerdos de cooperación.

Confieso que desde el punto de vista de mi salud solo tenía previsto hacerme un chequeo en la rodilla izquierda, ya casi recuperada de aquella lesión de comienzos de mayo.

A lo largo de toda mi vida vine cometiendo uno de esos errores que bien pudiera caber perfectamente en aquella categoría a la que algún filósofo llamó “errores fundamentales”: descuidar la salud y, además, ser muy renuente a los chequeos y tratamientos médicos. Sin duda ¡qué error tan fundamental!, y sobre todo en un revolucionario con algunas modestas responsabilidades como las que la revolución me vino imponiendo desde hace más de 30 años.

Sin embargo, ya en La Habana, cuando caía la tarde del miércoles 8 de junio, allí estábamos de nuevo con Fidel, con aquel gigante que ya superó todos los tiempos y todos los lugares. Seguramente no fue difícil para Fidel darse cuenta de algunos malestares, que, más allá de mi rodilla izquierda, yo había venido tratando de disimular desde varias semanas atrás. Me interrogó casi como un médico, me confesé casi como un paciente, y esa misma noche todo el inmenso avance médico que la Revolución Cubana ha logrado para su pueblo, y una buena parte del mundo, fue puesto a nuestra plena disposición, iniciándose un conjunto de exámenes, de diagnósticos.

Fue así como se detectó una extraña formación en la región pélvica que ameritó una intervención quirúrgica de emergencia ante el inminente riesgo de una infección generalizada. Eso fue el sábado 11 de junio, muy temprano en la mañana, algunas horas antes del anuncio que fue leído al país y al mundo, y que ha desatado tantas manifestaciones de solidaridad que no dejan de emocionarme a cada instante.

Luego de aquella operación, que en principio logró el drenaje del absceso, comenzó un tratamiento antibiótico intensivo con una positiva evolución, que trajo una notable mejoría. Sin embargo, y a pesar de la favorable evolución general, a lo largo del proceso de drenajes y de curas, fueron apareciendo algunas sospechas de la presencia de otras formaciones celulares no detectadas hasta entonces.

Comenzó, por tanto, y de inmediato, otra serie de estudios especiales citoquímicos, citológicos, microbiológicos y de anatomía patológica que confirmaron la existencia de un tumor abscesado con presencia de células cancerígenas, lo cual hizo necesaria la realización de una segunda intervención quirúrgica que permitió la extracción total de dicho tumor.

Se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones, tras la cual he continuado evolucionando satisfactoriamente, mientras recibo los tratamientos complementarios para combatir los diversos tipos de células encontradas y así continuar por el camino de mi plena recuperación.

Mientras tanto, me he mantenido y me mantengo informado y al mando de las acciones del gobierno bolivariano, en comunicación permanente con el vicepresidente, compañero Elías Jaua y todo mi equipo de gobierno.

Agradezco infinitamente las numerosas y entusiastas demostraciones de solidaridad que he recibido del pueblo venezolano y otros pueblos hermanos, así como de Jefes de Estado y de Gobierno de numerosos países del mundo, desde la convicción de que todo ese amor, de que toda esa solidaridad constituyen la más sublime energía que impulsa e impulsará mi voluntad de vencer en esta nueva batalla que la vida nos ha puesto por delante, y de manera muy especial al pueblo cubano, a la nación cubana, a Fidel, a Raúl, a toda esta legión médica que se ha puesto al frente de esta batalla de una manera verdaderamente sublime.

Sin embargo, también he estado muy consciente de cierto grado de angustia e incertidumbre que ha estado recorriendo, a lo largo de estos días, de estas noches, el alma y el cuerpo de la nación venezolana. Creo que más allá de los intentos manipuladores de algunos sectores bien conocidos, esos sentimientos eran y son inevitables, y forman parte de la propia naturaleza humana, rodeada esta, además, por las circunstancias que la enmarcan y muchas veces la sacuden, como en este caso ocurre.

Desde el primer momento asumí todas las responsabilidades en cuanto al cuido estricto por la veracidad de las informaciones a ser trasmitidas, fundamentándome en un doble conjunto de razones: la razón médico-científica, en primer término, y, en segundo lugar, y de manera especialmente cuidada desde lo más profundo de mi alma y de mi conciencia, la razón humana, la razón amorosa, para ser más preciso, ¡la razón amorosa!

De la primera, es decir, de la razón médica, ya hemos hablado un poco. Ha sido un proceso lento y cuidadoso de aproximación y diagnóstico, de avances y descubrimientos a lo largo de varias etapas, en las cuales se vino aplicando un riguroso procedimiento científico que no aceptaba ni acepta apresuramientos ni presiones de ningún tipo. La norma suprema que sustenta esta poderosa razón es la plena verificación científica, más allá de los indicios y sospechas que vinieron apareciendo.

Y acerca de la razón amorosa, estoy obligado ahora a hablarles desde lo más hondo de mí mismo. En este instante recuerdo el 4 de febrero de aquel estruendoso año 1992. Aquel día no tuve más remedio que hablarle a Venezuela desde mi ocaso, desde un camino que yo sentía me arrastraba hacia un abismo insondable. Como desde una oscura caverna de mi alma brotó el “por ahora” y luego me hundí.

También llegan a mi memoria ahora mismo aquellas aciagas horas del 11 de abril de 2002. Entonces también le envié a mi amado pueblo venezolano aquel mensaje, escrito desde la Base Naval de Turiamo, donde estaba prisionero, Presidente derrocado y prisionero. Fue como un canto de dolor, lanzado desde el fondo de otro abismo, que sentía me tragaba en su garganta y me hundía y me hundía.

Ahora, en este nuevo momento de dificultades, y sobre todo desde que el mismo Fidel Castro en persona, el mismo del Cuartel Moncada, el mismo del Granma, el mismito de la Sierra Maestra, el gigante de siempre, vino a anunciarme la dura noticia del hallazgo cancerígeno, comencé a pedirle a mi señor Jesús, al Dios de mis padres, diría Simón Bolívar; al manto de la Virgen, diría mi madre Elena; a los espíritus de la sabana, diría Florentino Coronado; para que me concedieran la posibilidad de hablarles, no desde otro sendero abismal, no desde una oscura caverna o una noche sin estrellas. Ahora quería hablarles desde este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo. Ahora quería hablarles con el sol del amanecer que siento me ilumina. Creo que lo hemos logrado. ¡Gracias, Dios mío!

Y, finalmente, mis amados y amadas compatriotas; mis adoradas hijas e hijos; mis queridos compañeros jóvenes, niñas y niños de mi pueblo; mis valientes soldados de siempre; mis aguerridos trabajadores y trabajadoras; mis queridas mujeres patriotas; mi pueblo amado, todo y uno solo en mi corazón, les digo que el querer hablarles hoy desde mi nueva escalada hacia el retorno no tiene nada que ver ya conmigo mismo, sino con ustedes, pueblo patrio, pueblo bueno. Con ustedes no quería ni quiero para nada que me acompañen por senderos que se hundan hacia abismo alguno. Les invito a que sigamos juntos escalando nuevas cumbres, que hay semerucos allá en el cerro y un canto hermoso para cantar nos sigue diciendo desde su eternidad el cantor del pueblo, nuestro querido Alí Primera.

!Vamos pues, vamos, con nuestro padre Bolívar, en vanguardia, a seguir subiendo la cima del Chimborazo!

¡Gracias Dios mío! ¡Gracias pueblo mío! ¡Gracias, vida mía!

¡Hasta la victoria siempre!

¡Nosotros venceremos!

La Habana, esta querida y heroica Habana, 30 de junio de 2011.

Desde la patria grande, les digo, desde mi corazón, desde mi alma toda, desde mi esperanza suprema, que es la de un pueblo: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos!

¡Muchas gracias! ¡Hasta el retorno!

viernes, 1 de abril de 2011

GUEVARA


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Buenos Aires, octubre de 1967
Guevara
Por Rodolfo Walsh
Publicado digitalmente: 8 de enero de 2004
¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el 59 y el 60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.
Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas: "Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar". Y ante mi sorpresa: "I’m not a yankee, you know".
Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaba unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presenta tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno admirado simplemente quiso.
Nunca sabíamos en Prensa Latina, cuándo iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y cuando eso ocurriera no sería fácil.
Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara. Aunque no era imposible ni siquiera difícil yo me limite a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: sólo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior. Yo leía sus artículos en Verde Olivo, lo escuchaba por TV: Parecía suficiente, porque Che Cuevara era un hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico.
Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.
De aquel humor se hacia la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabo la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: "mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo". Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: "no hice nada más que una retirada estratégica a toda velocidad en aquel encuentro". Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían que acaba de recordar Fidel, que lo difícil era sacarlo del lugar donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma.
En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo que hablaba.
Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resulta más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.
Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que digo está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de partida.
El agente de la CIA que según la agencia Reuter codeó y panceó a cien periodistas que en Valle Grande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: "awright, get the hell out of here".
Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No serán los que nacieron en él. No será la memoria del Che.
Que ahora está desparramado en cien ciudades entregado al camino de quienes no lo conocieron.

El presente texto fue extraído de una recopilación de artículos sobre el Che Guevara publicado por la Casa de las Américas en 1986.
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sábado, 26 de marzo de 2011

La comuna de paris y los consejos comunales nuestros

Con esta pregunta Carlos Marx, en La Guerra Civil en Francia (1) comienza el develamiento del secreto de la Comuna de París.
De la mano de este texto, trataremos de darle repuesta a las siguientes preguntas:¿cómo logró éste gobierno en su corta existencia (apenas dos meses) estremecer los cimientos del sistema?, ¿qué magia llevó a miles de hombres, mujeres y niños a luchar hasta morir por este ensayo de la historia?, ¿por qué a más de 140 años de aquel heraldo glorioso, la Revolución Bolivariana retoma el termino comuna?, ¿en qué la imitamos y en qué la desvirtuamos?, ¿cómo potenciar los Consejos Comunales a las puertas de las elecciones presidenciales del 2012?.
Al darle respuesta a estas preguntas, estaremos encontrando la fórmula para el triunfo de la Revolución y del Comandante Chávez.
¿QUÉ FUÉ LA COMUNA? -la estrategia-
“…La Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora, contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella, la emancipación económica del trabajo…”
Como vemos la comuna era un gobierno de toda la clase trabajadora contra los capitalistas. Su objetivo era asirse del poder, a través de la confrontación, para sustituir al poder feudal y convertirlo en el poder de los pobres.
“…la Comuna había de servir de palanca para extirpar los cimientos económicos sobre los que descansa la existencia de las clases y, por consiguiente, la dominación de clase…”
Al quitarles las tierras y los centros industriales a los ricos, estos quedaban sin posibilidad de dominio sobre los pobres. Los obreros hicieron de la producción su principal arma de poder político con miras a servir de modelo a todo el país y a todos los obreros del mundo.
“…¡La Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí, caballeros, la Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocosLa Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores…”     
La comuna abolió la legalidad que permitía que los ricos fueran propietarios de la tierra y de las industrias. Expropió a los ricos y les quitó la posibilidad de seguir enriqueciéndose.
A grandes rasgos la estrategia de la comuna era: conformar un gobierno de la clase obrera contra los capitalistas; eliminar la legalidad que permitía el enriquecimiento de unos pocos y formar una nueva sociedad.
¿QUÉ MEDIDAS TOMÓ LA COMUNA? -la táctica-
El sistema electoral democrático: “… La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento…el sufragio universal habría de servir al pueblo organizado en comunas, como el sufragio individual sirve a los patronos que buscan obreros y administradores para sus negocios…”
La organización como un mallado nacional: “…la Comuna habría de ser la forma política que revistiese hasta la aldea más pequeña del país…Las comunas rurales de cada distrito administrarían sus asuntos colectivos por medio de una asamblea de delegados en la capital del distrito correspondiente y estas asambleas, a su vez, enviarían diputados a la Asamblea Nacional…”
La producción local: “…si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista…”
Es decir, solo la producción local tiene sentido dentro de un gran plan nacional, para poder subsistir al sistema capitalista.
La inseguridad y la defensa: “…el primer decreto de la Comuna fue para suprimir el ejército permanente y sustituirlo por el pueblo armado (cuyo principal contingente lo formaban los obreros)…la policía fue despojada inmediatamente de sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna…Ya no había cadáveres en el depósito, ni asaltos nocturnos, ni apenas hurtos; por primera vez desde los días de febrero de 1848, se podía transitar seguro por las calles de París, y eso que no había policía de ningún tipo…”
Los salarios: “…Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los que desempeñaban cargos públicos debían desempeñarlos con salarios de obreros. Los intereses creados y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos…”
El sistema judicial: “…Los funcionarios judiciales debían perder aquella fingida independencia que sólo había servido para disfrazar su abyecta sumisión a los sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando y violando, sucesivamente, el juramento de fidelidad. Igual que los demás funcionarios públicos, los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos, responsables y revocables…”
La clase media: …La Comuna los salvó, mediante una sagaz solución de la constante fuente de discordias dentro de la misma clase media: el conflicto entre acreedores y deudores. [Los miembros de la clase media] Sentían que había que escoger entre la Comuna y el Imperio…El Imperio los había arruinado económicamente con su dilapidación de la riqueza pública, con las grandes estafas financieras que fomentó…Los había suprimido políticamente…”
El internacionalismo: A pesar de que Francia atravesaba por un conflicto bélico con Alemania y el segundo Imperio había engañado constantemente a Polonia: “…La Comuna nombró a un obrero alemán su ministro del Trabajo… [y] honró a los heroicos hijos de Polonia, colocándolos a la cabeza de los defensores de París…”
¿QUÉ NO FUE LA COMUNA?
No era un organismo parlamentario: “…La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo…”
No se despojó de su carácter central: “...Las pocas, pero importantes funciones que aún quedarían para un Gobierno central no se suprimirían, como se ha dicho, falseando de intento la verdad, sino que serían desempeñadas por agentes comunales y, por tanto, estrictamente responsables. No se trataba de destruir la unidad de la nación, sino por el contrario, de organizarla mediante un régimen comunal, convirtiéndola en una realidad al destruir el [viejo] poder del Estado, que pretendía ser la encarnación de aquella unidad, independiente y situado por encima de la nación misma, en cuyo cuerpo no era más que una excrecencia parasitaria…”
No se oponía al concepto de Estado Obrero: “…El antagonismo entre la Comuna y el poder del Estado se ha presentado equivocadamente como una forma exagerada de la vieja lucha contra el excesivo centralismo…el régimen de la Comuna habría devuelto al organismo social todas las fuerzas que hasta entonces venía absorbiendo el Estado parásito, que se nutre a expensas de la sociedad y entorpece su libre movimiento…el régimen de la Comuna colocaba a los productores del campo bajo la dirección ideológica de las capitales de sus distritos, ofreciéndoles aquí, en los obreros de la ciudad, los representantes naturales de sus intereses…La comuna dotó a la república de una base de instituciones realmente democráticas…”
No eran comunas aisladas medioevales: “...Así, esta nueva Comuna, que viene a destruir el poder estatal moderno [burgués], se ha confundido con una reproducción de las comunas medievales…el régimen de la Comuna se ha tomado erróneamente por un intento de fraccionar en una federación de pequeños Estados…”
CONSEJOS COMUNALES BOLIVARIANOS Y ELECCIONES 2012
Los comuneros bolivarianos tienen grandes retos. El heraldo glorioso de la Comuna de París nos invita a detenernos, a corregir.
El fortalecimiento del llamado Poder Popular, requiere de la ubicación correcta de los enemigos de clase y de sus formas económicas. La movilización de los Consejos Comunales utilizando como único fin el financiamiento de micro proyectos, no será suficiente para construir una nueva sociedad. Lejos de ello, los estaremos castrando de su fuerza política.
Nuestros Consejos Comunales tienen como práctica el uso del sufragio para elegir a sus representantes. Esta excelente práctica democrática, puede ser elevada para conformar una red de Consejos Comunales nacionales. Este mallado, lograría dar paso a una nueva Asamblea Nacional, donde además de los representantes de los Consejos, las Comunas, estarían representantes de todos los sectores sociales revolucionarios: trabajadores, estudiantes, mujeres, campesinos, profesionales y técnicos. Continuaría así el nacimiento del nuevo Estado Revolucionario, superación del Estado Burgués.
El Estado Revolucionario que así comience a nacer será el garante de la defensa del Socialismo, se podrá enfrentar con posibilidades de éxito a la embestida de la oligarquía internacional. Es urgente dar pasos en la construcción de este nuevo Estado, es necesario formar el mallado nacional, sacar a los Consejos y Comunas de su aislamiento, confinados a su mezquino entorno, sólo así elevaremos la Conciencia del Deber Social, clave vital en la construcción y defensa de la nueva sociedad.
Aunque la Ley de Comunas establece que los Consejos Comunales se alinean con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, la producción asociada a los Consejos Comunales sigue teniendo carácter casi artesanal. Debemos darle mayores retos productivos, de mayor escala.
La legitimidad de Chávez requiere de este brazo poderoso que es el mallado de los Consejos Comunales. Su formación será nuestra mejor campaña electoral y nuestra única defensa frente a la agresión internacional. En él está sembrada nuestra esperanza.
Fuente:
La guerra civil en Francia, Calos Marx (1871)
Es una de las más importantes obras del marxismo, en la que, sobre la base de la experiencia de la Comuna de París. Marx saca la conclusión de que «la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines». Esta conclusión de Marx acerca del Estado de nuevo tipo —del tipo de la Comuna de París— como forma estatal de la dictadura del proletariado constituye uno de los  contenidos principales de su teoría revolucionaria.

¡ Por que es imprescindible organizarse?


El llamado fue claro: debemos organizarnos y trascender al “partido maquinaria electoral”. Importantísima la convocatoria. Existen muchas razones para apoyarla, veamos una de ellas.
El Socialismo debe ser obra de los hombres del capitalismo. Hay allí una paradoja, un círculo vicioso, similar a aquella pregunta: ¿quién educa a los educadores para la nueva sociedad? La interrogante encuentra solución en el Partido Revolucionario, esa es una de sus más importantes misiones, lo justifica.
Los Revolucionarios agrupados forman un organismo que los trasciende. Este organismo, en virtud de la convivencia revolucionaria, de la nueva relación de crítica afectuosa, resume y resalta lo mejor de cada uno de sus miembros, y minimiza sus defectos.
Se produce así un hecho milagroso: el organismo del Partido Revolucionario se exorciza, por la acción colectiva, de su herencia de valores capitalistas y se transforma en un cuerpo del futuro, en un educador para el porvenir.
Así surge un nuevo factor para  el cambio, diferente y más revolucionario que cada uno de los individuos que lo conforman. Ese es el motor indispensable para la construcción y defensa del Socialismo.
Ese organismo, esa militancia, es la base para llevar el mensaje revolucionario. Su acción desde la nueva relación humana es un ejemplo que le confiere credibilidad a cualquier mensaje y a cualquier dato estadístico. El pueblo ve en esos militantes, en esos organismos, la prefiguración de la nueva sociedad, y la identifica como la buena nueva, la meta, la superación del  egoísmo que nos impone el capitalismo.
Ese es, debe ser el objetivo de la convocatoria a la transformación del partido, construirlo en instrumento para las nuevas etapas que el camino requiere. La vigilancia, el cuidado de esos organismos, las críticas y, por qué no, las sanciones y amonestaciones, sin duda construirán al “educador de los educadores”.
De aquí surge una pregunta ¿Cuáles son los valores revolucionarios, de dónde vienen, por qué esos y no otros, cuáles son sus antagonismos con los valores capitalistas, cómo defenderlos, cómo mostrarlos indispensables, por qué sólo se manifiestan en colectivos?
Los valores éticos y morales del Socialismo emergen de las entrañas del cambio, del alma de la nueva sociedad, se trata de fundar al Hombre Nuevo, el hombre del Socialismo, y superar al hombre del capitalismo. El hombre del Socialismo, en esta etapa, es un visionario, vive con su corazón en el futuro y lucha en el presente por construir la sociedad soñada.
Al socialista, en esta etapa, lo habita una contradicción, saberse miembro del pasado que debe ser superado, y ser simultáneamente ciudadano del futuro conducido por sus sueños. Sufre por un mañana diferente que él siente indispensable en el instante que observa a una niña maravillarse frente al descubrimiento de la vida que la modela humana. La sorpresa de esa niña que ve por primera vez a una gallina, o a un camello, a una flor, siente la lluvia y la identifica como buena, o relaciona la palabra luna con lo extraño que descubre en el cielo por primera vez, lo conmueve.  
Y en ese instante de supremo humanismo, el socialista recuerda que de seguir la marcha demencial del capitalismo, esa niña no podrá sentir la emoción de ver a sus hijos erguirse humanos en el asombro de la relación de la vida con la vida, que quizás ya no habrá más niños, no habrá vida que observar ni vida que observe.
Y es presa de la contradicción de luchar por el futuro, o acomodarse al pasado. De romper la costumbre, o seguir tranquilo como un barquito de papel que mece el viento en el mar tranquilo. Postergar el sueño a épocas improbables.
Presiente que para él desde que despertó, desde que vio claro el futuro ya no habrá otro sosiego que luchar, ese es su deber. Se sabe en minoría, el salto sobre el abismo aterra, la luz del sol del futuro desvía las miradas, la costumbre nos ata al patíbulo. Pero el socialista sabe que la solución a la contradicción es luchar, la quietud ya no es posible, la responsabilidad sagrada, salvar la especie le muerde el alma, le quema por dentro, el fuego que clama por cambio tomó cuenta de su vida.
Es así, es fundamental conocer cuál es la esencia del Socialismo, esa será la condición del Hombre Nuevo, de la lucha por librar y deberá ser la naturaleza de los organismos del Partido Revolucionario.
El capitalismo tiene como base al egoísmo, la fragmentación social, la pérdida del sentido de pertenencia a la sociedad, el lucro material, el dinero, los bienes como justificación de la existencia: “mientras más tienes más vales”.
El Socialismo, en contraste, se propone rescatar la integración de la Sociedad, el sentido de pertenencia a ella, la comprensión de que sólo encontrados con la sociedad y no enfrentados a ella con el egoísmo, podremos realizar nuestro desarrollo individual, la existencia se justifica por la existencia de los demás. Esa relación fraterna entre los humanos, y de ella con la naturaleza, nos potencia y eleva las posibilidades de todos.
Pensemos en un hombre sin relaciones, un náufrago…y comprenderemos la necesidad del Socialismo. El Socialismo es el encuentro del hombre con su especie, con sus hermanos, con la humanidad.
Los valores del Socialismo se prefiguran en los núcleos que dirigen su construcción y su defensa. No están aislados de la gran batalla contra el capitalismo. Ni nacieron en esta etapa de la humanidad, la contestación a los valores de la explotación es milenario
El principal Valor Socialista es el sentido de pertenencia a la sociedad, la Conciencia del Deber Social. Ese es el centro de la batalla por su construcción, y el núcleo de la ética y moral de los socialistas. Todo lo demás debe contribuir a este valor.
De esta manera, será Revolucionario lo que favorezca este valor de sentido de sociedad, y será contrarrevolucionario aquello que lo degrade, lo desdibuje.
No es fácil rescatar el sentido de pertenencia a la sociedad, son milenios de egoísmos, de soluciones individuales a la vida, los que ha padecido la humanidad, Se trata, entonces, de un salto formidable, hacia, como pensó el Che, “El escalón más alto que puede alcanzar la especie humana, el ser revolucionario”.
De aquí se desprende el segundo valor revolucionario, el de luchar siempre por la Revolución, por el Socialismo, esa es la realización del humano, en esa batalla nos construimos, no hay nada que pueda superar la urgencia de la lucha por la nueva sociedad.
Siempre se ha intentado integrar a la sociedad. Esa es la esencia del planteamiento de Cristo: el “amaos los unos a los otros” de hace dos mil años, es una invocación a la integración, al Socialismo. Pero es en esta época que nos tocó vivir en la que asombrosamente tenemos la oportunidad única de luchar por la concreción de la aspiración socialista.
El tercer valor es la disciplina, este valor se enfrenta a la indisciplina que emana de la existencia individualista de la pequeña burguesía y de los marginales, que tiñe a toda nuestra sociedad.
La disciplina revolucionaria es consciente, esto significa que no es producto del miedo sino del convencimiento en la idea, en la estrategia, y de la fe en el líder. Siendo así, nada justifica la indisciplina.
Pero, como contrapartida a esta disciplina, existe la irreverencia en la discusión. En las discusiones entre revolucionarios en los organismos no existe la jerarquía, no existe el argumento de autoridad, eso asesinaría la discusión. Ahora bien, a la hora de la acción, funciona la jerarquía, la disciplina.
Es con Chávez que se le presentó la oportunidad a este pueblo y a los revolucionarios, que vienen luchando desde lo profundo del siglo pasado, de convertir los sueños en verdades. Nunca antes estuvimos tan cerca de hacer realidad los anhelos de tanta sangre derramada y tanto esfuerzo, nunca antes la lucha tuvo tanto sentido.
De allí que el cuarto valor ético y moral, que emana del sentido del momento histórico, es la defensa del Comandante Chávez, sin mezquindades. Chávez es el Revolucionario más importante de esta época y de épocas pasadas. Nunca nadie condujo a este pueblo tan cerca de los cambios profundos que reclama la humanidad. Esas son sus acreditaciones. Defenderlo es defender la esperanza.

miércoles, 16 de marzo de 2011

RUMBO AL 1· DE MAYO DE 2011




 RUMBO AL 1· DE MAYO DE 2011
Polo Patriótico Revolucionario de Nueva Esparta
Somos el Polo Patriótico del PSUV, conformado por la militancia de base del partido, y todos los frentes y organizaciones revolucionarias identificados en la lucha contra el enemigo común que es el sistema capitalista y Exigimos a nuestro máximo Líder y a la dirigencia del PSUV, tal como él nos ha solicitado al pueblo, para mandar obedeciendo:
Ø Iniciar Proceso Revocatorio de Morel, Alfredo Díaz y demás autoridades de elección popular que, independientemente de la tolda política por la que llegaron al poder están gobernando a favor de mantener el sistema capitalista, por ser representantes de la burguesía explotadora de la clase trabajadora. Necesitamos un cuerpo de gobierno estadal y municipal verdaderamente Revolucionario que esté con la clase trabajadora, con los humildes, que respeta a la madre naturaleza y no a favor de los mafiosos capitalistas

Exigimos Viviendas y para tal fin también exigimos:

Ø La nacionalización de todas las extensiones de tierras sin uso que sirvan para ser utilizadas en la construcción de viviendas y la producción agropecuaria.  
Ø La nacionalización de todas las canteras, esos recursos naturales son del pueblo por que la naturaleza no debe ser mercancía, debe explotarse racionalmente en función de las necesidades de las mayorías y no de los mezquinos intereses de la minoría burguesa.
Ø  Exigimos la nacionalización del sector importador y comercializador de insumos, herramientas y equipos para la construcción, mas claramente de Catalano, Sigo, Equipa, Materiales Manzanillo, porque además de encarecer arbitrariamente el costo de la construcción son centros de explotación e irrespeto a la clase trabajadora.  Los dueños de estas empresas no producen nada, solo piden dólares al gobierno (dólares provenientes de nuestra riqueza petrolera y con descuento arancelario por estar bajo régimen de puerto libre) para comprar en el exterior y revendernos aquí a precios especulativos por demás, es decir una economía basada en un arraigado parasitismo de nuestra renta petrolera.

Exigimos Seguridad Alimentaria

Ø Ante la actual crisis mundial de los precios de los alimentos no podemos permitir que la comercialización de los alimentos, importados y nacionales, este en manos de la empresa privada que solo  vela por sus intereses y encarece fraudulentamente los productos, por lo tanto exigimos la nacionalización de Sigo, Rattan, Central Madeirense, el C.C. A.B, solo así, a través de la Propiedad Social de estos grandes medios de distribución administrados por el Estado, el pueblo podrá obtener lo que necesita a precios justos, sin especulación y los trabajadores de estas empresas tendrán garantizados todos sus derechos laborales, además, y fundamentalmente, ya no trabajaran para unos burgueses sino para la misma sociedad a la que pertenecemos todos.
Ø Igualmente este argumento refuerza la exigencia de nacionalización de las tierras para sacarle provecho agroalimentario y lograr seguridad alimentaria.
Ø Por las mismas razones exigimos la nacionalización de todas las grandes cadenas hoteleras, de la industria turística en su conjunto para que el pueblo, a través de la administración del Estado de estas empresas pasadas a propiedad social, pueda recibir toda esta riqueza que con su mismo trabajo genera. Basta de que las riquezas naturales de nuestras islas sirva para enriquecer a unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos y del deterioro injustificable de la propia naturaleza.
Somos pueblo consciente de la necesidad de crear un mundo nuevo, una nueva forma de ser sociedad, creemos firmemente en un mundo basado en la justicia y la equidad, en otras palabras creemos en el Mundo Socialista, por lo tanto estamos en guerra contra el Capitalismo que es “el causante de todos los males que esta sufriendo mi pueblo” como nos lo canto Alí Primera.

¡Patria y Vida Socialista o Muerte Capitalista!

Este es el dilema.